| La postura del usuario es totalmente relajada, y no hay puntos en tensión o estrés que puedan doler después de un rato. El único cansancio que vas a experimentar en una recumbent reclinada es el de pedalear. Todo lo demás es un placer.La comodidad que supone el uso de una bicicleta reclinada no sólo es un plus de confort, sino que también comporta una serie de beneficios importantes para el cuerpo humano.Existen cuatro puntos de tensión, básicamente, en una bicicleta convencional (especialmente de montaña o de carretera), que a la larga pueden provocar ciertos perjuicios en la salud. Esos cuatro puntos son las muñecas, el cuello, la espalda y glúteos, la parte del cuerpo que se ve sometida a una mayor tensión, y la que con frecuencia produce mayor sufrimiento.
Conviene tener en cuenta que las bicicletas de paseo no provocan todas estas molestias o las provocan en menor medida, ya que la posición del conductor es más natural y relajada que la que se lleva en una bicicleta de carretera o de montaña, en las que la búsqueda de una mayor eficiencia es la prioridad.
Muñecas. En una bicicleta convencional, las manos van apoyadas sobre el manillar soportando parcialmente el peso del tronco, que va bastante inclinado hacia delante. Esta presión constante, si se ejerce durante períodos largos, acaba provocando dolores por la rigidez de la postura que adquiere la muñeca, y en algunos casos, también produce que se nos “duerman” las manos, o los dedos.
Por el contrario, una bicicleta reclinada se diseña para que los brazos recaigan de una forma natural, sin soportar peso, sobre el manillar, ya sea un manillar bajo asiento o sobre asiento, aunque el efecto es más pronunciado en los de tipo “bajo asiento”. Así, se evita cualquier tensión en la muñeca, lo que permite conducir más cómodo durante más tiempo.
Cuello. Seguramente te habrás dado cuenta de que, cuando vas en una bici de carreras (que persigue minimizar la resistencia al viento dentro de lo posible) o en una bicicleta de montaña (en la que también vas bastante inclinado hacia delante), la postura natural del cuerpo hace que tu cabeza esté mirando hacia abajo, concretamente a la rueda delantera, o al suelo inmediatamente delante de ti. El mirar hacia delante requiere un esfuerzo que, al principio, no se nota, pero sí después de un ratito; es necesario mantener el cuello en tensión, y dependiendo de cómo sea de forzada la postura, las cervicales se resienten más o menos.
Esto no ocurre en una bicicleta reclinada. Si te has fijado bien, la postura que mantienes en una reclinada es muy similar a la que llevas en el sofá del salón de tu casa cuando ves la televisión. El cuello está naturalmente dirigido hacia delante, con lo que no tienes que pasarte el día mirando al suelo, y la visión que tienes, hacia delante y hacia arriba, suele ser bastante más placentera. A diferencia de lo que alguien me comentó una vez, el cuello no está en absoluto forzado, es una postura totalmente natural. De esa forma, también puedes pedalear más cómodo durante más tiempo.
Espalda. ¿Quién, que no haya hecho bicicleta en serio, no ha tenido alguna vez que poner la espalda derecha para relajarla después de un rato de darle a los pedales? Esa tensión que produce la posición del ciclista durante un tiempo prolongado en la baja espalda tampoco existe en una bicicleta reclinada. El sillín, o silla, de una bicicleta reclinada, sostiene el tronco desde los glúteos hasta las cervicales en una posición totalmente natural, con lo que no hay tensión.
Glúteos. Si puede considerarse que las ventajas anteriores tengan más repercusión sobre el confort que sobre la salud, en el caso del glúteo, las reclinadas comportan beneficios para la salud del usuario. El hecho de que todo el peso del tronco descanse sobre una parte muy pequeña del cuerpo hace que la zona perineal sufra una presión altísima, y según estudios, la presión constante sobre las venas del perineo puede producir, aparte de molestias y dolores, problemas de próstata o de impotencia en el caso de los varones. En este sentido, una bicicleta reclinada es recomendable para toda clase de ciclistas, y muy indicada para hombres con tendencia a sufrir problemas de próstata.
Aparte de los problemas que pueda causar el sillín en ciclistas habituales, lo cierto es que después de un rato de estar subido encima de la bicicleta, el sillín empieza a resultar molesto e incluso doloroso, llegando a producir verdadero sufrimiento. No queremos convertir el placer de montar en bicicleta en un sufrimiento, que no lo es. Pero hay algunas desventajas que las bicicletas reclinadas pueden contrarrestar.
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